Hernán: el maestro que cabalga con una canción y una bandera
Rondán Grasso llevará la bandera número 500 a una escuela en 28 años de peregrinar por el territorio. El sábado 9 de setiembre completará un ciclo cerca de Villa Urquiza en un encuentro a la canasta, con artes y símbolos de la entrerrianía.//
Primavera. El sol está que parte y Hernán Rondán Grasso cabalga rumbo a
una escuelita. Una guitarra a la espalda, una Bandera Argentina de regalo, y un
bagaje de emociones, poemas, milongas, chamarritas, para compartir con la
gurisada. Un mar de guardapolvos blancos espera sus palabras, su música.
Invierno. Monta con llovizna y al rato se descuelga un chaparrón. La
tormenta no cesa. Paso a paso, trote y trote, el maestro cumple con su
cometido, en compañía de algunos amigos.
¿Qué vocación es ésta, de reunir artes, símbolos, aperos, caballos, y
desatar un encuentro lleno de afectos?
Estamos escribiendo un 22 de Agosto, Día del Folklore: nada más
apropiado para referirnos a este oficio de cultor de la conciencia nacional; a
un maestro que estimula en la gurisada el sentimiento por la patria, por el
pago de uno; un paisano y un grupo de vecinos que goza de ver una celeste y
blanca resplandeciente y le canta a las pequeñas manifestaciones de la cultura
regional.
El 9 de setiembre
Campesino de los pagos de Maciá, hace 28 años que el docente afincado en
Paraná va y viene con la insignia patria. Este 9 de setiembre llevará la
bandera 500 al establecimiento Natalia Marina, cerquita de Villa Urquiza. A
partir de las 9 de la mañana y durante toda la jornada habrá encuentros de
hermandad, desfiles de jinetes, música, danzas. Allí el maestro Hernán
entregará cinco insignias a distintas instituciones y él piensa que estará
cerrando todo un ciclo que le ha dado sentido a gran parte de su vida,
cabalgando el territorio provincial con el sencillo objetivo de acercar una
bandera y todo lo que la bandera arrastra en cultura, en convicciones, en
abrazos fraternos, sin distinciones.
Será una reunión paisana. Los organizadores recomiendan a quienes
participen llevar sus sillones, sus mesitas, a la canasta. Y en lo posible
confirmar antes del 30 de agosto. En el acceso a Villa Urquiza, metros antes de
la Escuela Agrotécnica se debe tomar el camino a la derecha y viajar 3 kilómetros
hasta Natalia Marina.
A todo galope
Hernán rescata las emociones de los encuentros y se le empañan los ojos.
"En cada entrega de bandera, diferentes emociones, todas hermosísimas. En
una escuela en Racedo el maestro que daba clases ahí de bombacha, de botas, con
su guardapolvo, nos esperó y llegó a su escuela, con el orgullo. Encima un
docente que amansaba los caballos, andaba con un caballo de bocado. Todo eso
era orgullo para las familias y los chicos", comenta. "Como el caso
de la escuela Malvinas Argentinas, cerca de Palo a Pique. Uno de los chicos
llegó tarde al acto, y todos sus pelitos revueltos, venía al galope, el caballo
todo sudado, por ayudarle a su papá a juntar unos animales que se le habían
escapado. Estuvo trabajando con su papá pero quería estar presente en la
escuela.
Otro caso también. En Crucesitas Séptima, creencias populares: nos
dijeron que ya el juancito chiviro hacía unos días andaba cantando al lado de
la escuela anunciando la visita. Y de pronto llegamos con la bandera. Como habernos
encontrado con gente que trabajaba en las estancias en el norte; muchas
anécdotas que calan en lo profundo", reconoce.
"Así hemos llegado a diferentes departamentos. En una oportunidad
unimos la costa del Paraná con la del Uruguay con dos caballos cada uno de los
que fuimos, éramos cuatro personas. Llegamos a Colonia San Ramón, departamento
Nogoyá; no hace mucho estuvimos en Laurencena donde juntamos siete u ocho
escuelas En los inicios estuve por Almacén Iglesias. Ahí casualmente en la
escuela 101 llegué a la bandera número 100. Recuerdo que plantamos árboles con
los chicos, cantamos".
Las adversidades no fueron obstáculo. "Un mes de mayo salimos a
Concepción del Uruguay con llovizna, lluvias, truenos, un tiempo muy feo, pero
llegamos. También por ahí, calores intensos, cuando fuimos a San Jaime de la
Frontera, que hicimos cambio de caballo en Palo a Pique, cerca de Feliciano,
nos prestaron dos más, un mes de noviembre bastante caluroso".
Razones hondas
"Llevar el valor de la
amistad, con tantos amigos que me han acompañado, la verdadera amistad que
es el tesoro preciado de los seres humanos. Llevar el valor
cultural a través de la canción, del mensaje de los poetas. Uno ha tratado de
buscar las letras y transmitirlas a los chicos, que las cantemos juntos. Y por
supuesto, el valor de nuestro
símbolo patrio, la bandera celeste y blanca, la mejor del mundo sin
menospreciar a ninguna otra". Hernán Rondán Grasso ensaya así una
explicación a su entrañable porfía.
En estas décadas "la costumbre se ha encarnado en uno, y en muchos
amigos que me han acompañado. En aquellos años, donde veía escuelitas que
tenían sus banderas raídas, descoloridas, tratábamos de llevar. Se corrió la
bolilla. Empezaron a hacer llamados, a conectarnos de manera personal, y fuimos
juntando a veces a las escuelas del radio; por ahí diez escuelas que se
juntaban y cada una recibía una bandera. Sentía una desazón cuando la escuela
no tenía los colores vivos, el alma de la escuela es la bandera, que tiene que
tener sus colores resplandecientes", afirma.
"Conseguir las banderas no es tarea fácil. Por ahí he comprado. Y
se han solidarizado muchas personas, muchos amigos, empresas, que nos han dado
cuatro o cinco. Sigo comprando de a poco para tener".
Compañeros del camino
"Me han acompañado varios
caballos. He ido cambiando. Fieles compañeros de viaje. En algunas siestas
nos tirábamos a dormir en los recados y andaban al lado nuestro. Supe tener una
yegua zaina con un lucero en la frente que se llamaba La Lucera, un gateado que se llamaba El Indio, un tostado con
pintas blancas que se llamaba El Brujo,
una yegua barrosa que se llamaba La Tacuara, que me dio una cría que hoy es
la lobuna que tengo, Ára vaí, que
significa mal tiempo, nació una noche de tormenta. Diferentes animales que han
andado diferentes caminos de la provincia. Cada cual con sus características y
su pelaje. Formamos un equipo con los animales con los que hacemos los viajes.
Me voy al verso de Belisario Roldán, ‘¡Caballito
criollo del galope corto,/ del aliento largo y el instinto fiel,/ caballito
criollo que fue como un asta/ para la bandera que anduvo sobre él!".
Para Hernán Rondán Grasso, estas
travesías sólo se explican por el caballo, la amistad, la cultura, la bandera. "Es importante
conocer la historia de la bandera creada por Belgrano, enarbolada por Cosme
Maciel en las barrancas del Paraná, que tiene mucho simbolismo, que es la
identidad de un pueblo; cómo nosotros los habitantes somos soberanos, eso
significa un poder con competencia total. También llevando el cancionero, lo
que han dejado Linares Cardozo, Santos Tala, Marcelino Román, muchos poetas que
uno puede entregar en canciones a los chicos. Y tratar de que canten, que
participen", explica.
Hernán Rondán Grasso cuenta con siete discos y prepara un octavo,
mayoría con temas propios, algunos bien referidos a la bandera, como la
"Huella celeste y Blanca", "Andando caminos", "Juntos
Patria".
No le faltan amigos del camino, claro. Por ejemplo, los que integraron
el grupo "Entre Ríos y Cantores", una formación de solistas
tradicionales. "No se nos ha dado mucho de estar en grandes festivales,
quizá por ser el canto fundamentado de la tierra, pero recuerdo a Ariel
Maidana, Fabián Casals, y sobre todo a mi querido hermano Roque Mario Erazum
que hace un año nos dejara", dice Hernán.
"También en algunos viajes Roque Mario me acompañó a caballo,
estuvimos juntos por Colonia Avigdor llevando una bandera, y aquí para el lado
de Espinillo Norte, lugares emblemáticos. En la nueva formación están Fabián
Casals de Santa Elena, quien habla, Raúl "Bocha" Regner de Paraná,
Claudio Robaglio de Nogoyá, Jorge "el Negro" Méndez de Nogoyá;
estamos dando una nueva impronta a ‘Entre Ríos y Cantores’".
Rondán Grasso, el cantor, ha grabado decenas de temas, y es conocido por
abordar letras y melodías con referencias a rincones y querencias del pago,
momentos, costumbres, nombrando parajes perdidos y personajes entrañables que
no han hecho fama.
Teoría y práctica
Unos versos de Hernán explican el sentido de las banderas en un diálogo
en el que Manuel Belgrano le encarga: "Para
las escuelas, son,/ donde vos veas la pobreza,/ llevalas con entereza/ y
entregalas con cariño/ que en los ojos de los niños/ hallarás tu recompensa".
Por donde anden Hernán Rondán Grasso y su sonrisa siempre dispuesta
habrá una vecindad con ganas para el desfile con atuendos criollos, con
caballos de distintos pelajes; habrá un encuentro de la música y la danza y los
platos tradicionales. Son conocidas las reuniones de escuelas rurales para
fogonear el canto compartido de los niños, e incluso, a través del cancionero,
promover el conocimiento del territorio, sus costumbres, sus historias. El caso
de la Chamarrita del chupín, de Linares, que ha llevado a los niños a cocinar
con sus maestras y comer, juntos, el menú de los pescadores, siguiendo las
sugerencias de la chamarrita. "En
una negra ‘e tres patas/ todo en frío prepará/ con rebanadas de papas/ y postas
con mucha sal/. Llevala de camaditas,/ cubrí con agua y tapá,/ y en un fogón
barranquero/ la morocha acomodá".
El maestro es un puntal también en diversos encuentros culturales, con
distintas organizaciones. Se recuerda por ejemplo su participación junto a la
Cooperativa cultural de La Picada y la Junta Abya yala por los Pueblos Libres
para recuperar el sentido federal de la Batalla del Espinillo con cabalgatas y
fogones.
El sábado 9 de setiembre será una excusa sin igual para compartir la
cultura regional en casa y saludar al paisano de las banderas en cercanías de
Villa Urquiza. El establecimiento Natalia
Marina es un lugar ideal para este encuentro. Allí los vecinos Mayr supieron
convertir el dolor de una pérdida en un ámbito para la hermandad. Allí se
respira lo auténtico.
Daniel Tirso Fiorotto. UNO.
Miércoles 23 de agosto de 2023.
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Sentía una desazón cuando la escuela no tenía los colores vivos,
resplandecientes.
Supe tener una yegua zaina con un lucero en la frente que se llamaba La
Lucera.
Nombrando parajes perdidos y personajes entrañables que no han hecho
fama.
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