Un historiador paceño piensa que Facón Grande nació en Cataluña
Blanche le adjudica una historia anarquista a los Font y revela datos precisos de un censo que ubica a los Font Pérez en el departamento Uruguay, distrito Tala, y que llevan a explicar virtudes del carrero. Traicionado y fusilado en 1921 por defender a los obreros oprimidos por los terratenientes, el carrero José Font tiene un lugar por derecho propio en las páginas sobresalientes de la historia entrerriana y argentina.
Conocido como Facón
Grande, el bravo panzaverde que lideró a los obreros rebeldes de la
Patagonia luchando por derechos laborales a principios del siglo XX se
presentaba como “entrerriano de Montiel”.
El historiador paceño
Julio Oscar Blanche, nacido en Hernandarias, publicó este año una nota de
aproximación al origen de la familia de Facón Grande en la que afirma que
nuestro héroe obrero no era entrerriano sino catalán de cuna. Un punto de
confluencia de dos regiones con sueños autonómicos.
El apellido Font
coincide con familias antiguas de Cataluña y Mallorca. Según Osvaldo Bayer José
era hijo de español y de criolla, pero Blanche piensa que él mismo era español,
como su madre y su padre. El matrimonio vino al departamento Uruguay con su
hijo de cinco años, afirma.
Ramos Generales
Julio Oscar Blanche es historiador, autor de
“Birrinchín”, “Tiempos del Coronel Berón” y “El Coronel Antonio Exequiel Berón,
Luces y Sombras del caudillo”, entre otras obras. En la revista Ramos
Generales, que dirige el historiador Rubén Bourlot, el paceño publicó un
comentario con datos de alta importancia sobre el origen entrerriano-catalán de
José Font, y con interpretaciones muy llamativas. ¿Perteneció a una familia de
exiliados anarquistas?
La nota titulada “Mi
relación con Facón Grande”, bajo la firma de Julio Oscar Blanche, es
anec-dótica, traza una serie de casualidades que llevaron al autor a
interesarse por el anarquista y hurgar en los archivos, además de recorrer
departamentos de Entre Ríos en busca de testimonios.
Ayer hablamos con él.
“Todos los catalanes que vinieron para Entre Ríos eran perseguidos por el
carlismo, Cataluña fue una cuna de anarquistas. Yo tengo parientes en España
que me dicen que los Font son de Lérida, eran de allá”, nos contó Blanche, un
apasionado por las luchas sociales de nuestra región y los personajes que
marcaron nuestra historia.
“La Iglesia estaba
preocupada porque los anarquistas se venían para acá, luego floreció el
anarquismo en 1910, 1920, pero José Font llegó aquí con cinco años de edad”,
insistió.
Blanche reconoce que
algunos vecinos de La Paz pensaban que podía ser de ese departamento norteño,
porque allí había Font, y él encontró en efecto un José Font pero esa persona
tuvo familia allí, no se marchó a la Patagonia.
Le preguntamos si
recordaba el lugar exacto del almacén, donde le comentaron en el año 1980 (o
1981) que por esa zona vivieron los Font, los padres de Facón Grande y el
propio José de niño, en el departamento Uruguay, y dijo que no se acordaba
bien, pero sería “en un camino hacia Villaguay”.
Por aquí vivió
Veamos cómo lo dice Blanche en la nota publicada en la
revista Ramos Generales: “Un día del año 1979, un amigo me invita a ver (en
forma clandestina) la película La Patagonia Rebelde. Quedé conmovido por la
acción, en esa historia, del entrerriano José Font. (El personaje encarnado por
Federico Luppi). Dos años después, trabajando yo en la Policía Federal
Argentina y con intención de acrecentar nuestros sueldos, con un camarada y
amigo, durante los días de franco largo más días que tomábamos de las
vacaciones, salíamos a vender ropa interior: remeras, medias y algunas cosas
más. Nos transportábamos en dos precarios vehículos: mi amigo en un Citroen 2CV
y yo en un DKW Auto Unión. Recorríamos el sur de Entre Ríos, Gualeguay,
Uruguay, Villaguay y sur de La Paz”.
“Por falta de permiso
municipal, visitábamos los pueblos chicos: Médanos, Puerto Ruiz, General
Galarza, Durazno, Raíces, Gobernador Domínguez, etc. También las estancias, en
los días de pago a la peonada. Para pernoctar teníamos una carpa, y si nos
daban permiso, dormíamos en las estancias (principalmente los días de lluvia)”.
“Una noche, al norte
de Concepción del Uruguay, casi llegando a Villaguay, nos quedamos en un
almacén y mientras cenábamos unos sándwiches, charlamos con el dueño, un señor
de unos 70 años que me dijo: -¿Sabe que por aquí vivió la familia Font? ¿Que a
su hijo, a quien después le decían Facón Grande, lo mataron en la Patagonia?
Ahora están dando una película donde lo cuentan. Aquí anduvieron varias
personas buscando datos”.
“Imagínense mi
sorpresa. Traté de sacarle más datos; me dijo que él no alcanzó a conocer a
ningún miembro de esa familia española, que supo que eran muy trabajadores”.
Otros Font
Hasta aquí, Blanche
señala dos puntos: la película, y el comentario de un vecino del departamento
Uruguay. Y sigue: “El paso de los años me hizo olvidar aquel episodio. Ya
retirado de mi profesión y en tiempos que buscaba datos para escribir mi primer
libro, Birrinchín, me llama un día Mario Raspini, director de Cultura de La
Paz, para contarme que lo visitaban dos personas de la Patagonia, que buscaban
datos de José Font, Facón Grande. Pues tenían datos que había nacido en Montiel
y figuraba en el censo de 1895. Me dijo Mario que sabía que yo había vivido en
ese lugar y tenía parientes que podían saber algo”.
“Le expliqué a Mario que solo la vieja estación de trenes
se llamaba Montiel, que el paraje se llamaba Las Toscas. Le dije que me
ocuparía de buscar más datos y le conté el episodio del almacén del norte de
Concepción. Supe después que aquellas personas regresaron a su lugar y
esperaban que yo les consiguiera más datos”.
“Fui a buscarlos, lo
encontré (a Font) en el censo de 1895, coincidía la edad, la nacionalidad, pero
era casado y con tres hijas. En los archivos municipales figuraba como empleado
municipal, en los archivos parroquiales, como padrino de su nieto: descartado”.
La información
consignada por Blanche no nos extraña: hace pocos años visitamos, incluso, una
zona rural de la República Oriental del Uruguay a partir de un libro de Delia
Esther Notthoff, “Memorias de Irazusta”, que revela la existencia en el sur
entrerriano de familias Gonzáles Font oriundas de Helvecia en la ROU.
Estuvimos, pues, en la Parada Font, un lugar bastante deshabitado, cerca de
Helvecia en Uruguay. Es decir: los Font estaban en La Paz, estaban en
Concepción, en Irazusta, y estaban del otro lado del río.
El estudioso Pablo
Lagallé (Marcelo Serafini) había afirmado, en conversaciones que mantuvimos
hace más de una década, que Font nació en Concepción del Uruguay “según su
propio testimonio a fines de 1800”, pero restaba hallar documentación en la
zona, aparte de los comentarios del carrero que podían obedecer a conveniencias
del momento. Haber aceptado su origen extranjero lo hubiese puesto al borde de
la expulsión.
El mismo Lagallé no
descartaba entonces la procedencia oriental de los Font, pero hoy Blanche está
diciendo otra cosa: que vinieron de Cataluña.
Obstinado
“En el censo nacional
de 1895 figuran varios José Font, pero buscando en los archivos, no
correspondían con los datos de Facón Grande”, se lamenta Blanche en la revista
de Bourlot.
“Un día, con el profesor Narciso Cena,
viajamos a visitar el palacio San José, anduvimos visitando museos y
cementerios en la ciudad de Concepción, luego nos dirigimos al palacio y nos
empapamos de historia. Cuando salimos, mi intención era dirigirme en busca de
aquel almacén de aquel señor que me contó de Facón Grande. Hicimos varios
kilómetros por un camino rural, pero yo no estaba seguro de ubicarlo, más: se
hacía tarde. Pegamos la vuelta. Yo, frustrado”.
“Pero como soy
obstinado, seguí buscando. Recurrí otra vez al censo nacional del año 1895,
departamento Concepción del Uruguay, distrito Tala. Ahí estaba. Con esto y
otros datos más (Emigrantes 7°p. AGN) resultó que el matrimonio José Font y
Petra Pérez, y su hijo José Font (de 5 años) llegaron a la Argentina en el año
1886, procedentes de Lérida, Cataluña, España, y se establecieron en el
distrito Tala, departamento Uruguay”.
“Según el libro de
Osvaldo Bayer ‘Los vengadores de la Patagonia’ José Font se instaló en la
Patagonia en el año 1905, o sea con 25 años de edad, aproximadamente. En
conclusión: José Font y Petra Pérez al parecer eran un matrimonio anarquista.
El anarquismo, doctrina reinante en Europa, principalmente en Cataluña (España)
en el final del siglo XIX, fue perseguido por el Carlismo, obligándolos (a sus
seguidores) a emigrar. Varios catalanes de esa doctrina se establecieron en
Entre Ríos en aquella época”.
Como vemos, Julio
Blanche observa la norma y saca una conclusión atendible: como muchos
anarquistas catalanes emigraban porque eran perseguidos, entonces los Font
Pérez calzan perfectamente en esa tendencia. Pero hay algo más: ayer nos
confirmó que él ha leído que ese matrimonio de José y Petra, con el hijo de
cinco años, vinieron efectivamente de Lérida.
La doctrina ácrata
El autor escribe en
la revista Ramos Generales: “Mi conclusión es que Facón Grande no era un simple
gaucho entrerriano, criado en la selva de Montiel, y de profesión carrero.
Conocía bien la doctrina ácrata y reaccionó ante los abusos de los
terratenientes y los crímenes del ejército”.
Más adelante, el
autor presenta una copia de una planilla del censo nacional 1895. Allí se lee:
“Censado nro. 12 Font
José, edad 34 años, casado hace 12 años, 1 hijo, español, agricultor, propiedad
1. Censado nro. 13 Pérez Petra, edad 36 años, casada, española.
Censado nro. 14 Font
José, edad 14 años, español”.
Con esta aclaración:
“algunos de los censistas, a los censados que no leían ni escribían en
castellano los anotaban como que no sabían leer ni escribir; éste puede ser un
caso, pues hasta la guerra civil española, en que Francisco Franco prohibió el
idioma catalán en toda España, muy pocos catalanes hablaban castellano”.
Si en 1895 ese
adolescente José Font tenía 14 años, en 1905 tendría 24 años o 25. Y para el
tiempo de su militancia con los obreros de las estancias del sur, sería un
carrero maduro, con experiencia, conocido como entrerriano.
Aporte fundamental
La revista digital de
distribución gratuita “Ramos Generales” dirigida por Rubén Bourlot aporta
estudios y comentarios notables sobre historia, biodiversidad y arte en la
provincia.
En el número de este otoño, la nota de
Blanche es una perlita. No habíamos leído antes esos datos, el censo en el
distrito Tala del departamento Uruguay que registra a José Font, Petra Pérez y
su hijo José Font de 14 años, en el año 1895. Todos españoles acriollados.
No es de extrañar la
procedencia catalana de los Font. Según el historiador César Blas Pérez Colman,
Cataluña es una de las fuentes principales de la entrerrianía y de nuestro
espíritu autonomista, desde los primeros tiempos de la invasión europea a esta
región.“Nuestro criollo es de pura sangre española… jamás en nuestra provincia
los habitantes hispanos fundaron sus hogares con personas de raza negra o
indígena”, ha dicho Pérez Colman con una mirada racialista que contrasta con
otros testimonios. En cualquier caso, los Font pudieron integrar una masa de
inmigrantes que aprovecharon la llamada Ley Avellaneda, que impulsó el llamado
a familias europeas a la colonización de nuestro país.
La supuesta presencia
casi exclusiva de españoles en nuestro territorio provincial que defiende Pérez
Colman contrasta, por ejemplo, con un informe al que accedimos a través del
historiador Juan Antonio Vilar. Allí, un cónsul norteamericano afirma que entre
12.000 soldados de Urquiza no vio a uno solo con las características del
“blanco”. Todos eran “mestizos”.
Con este y otros
testimonios bien podemos pensar que el espíritu autonomista entrerriano, que en
la revolución federal artiguista engarzó con el principio de soberanía
particular de los pueblos, bien puede ser una feliz confluencia de rebeldía
charrúa, guaraní, mestiza, negra, cimarrona, catalana y vasca. ¿Explicaría ese
barbecho el florecimiento de una personalidad extraordinaria como la de Facón
Grande, leal a su palabra y defensor de los obreros?
Celebramos el aporte
de Julio Blanche para volver sobre la vida de nuestro prócer, cuando nos
acercamos al centenario de su martirio.
“Domador, gaucho,
carrero,/ argentino y entrerriano,/ lo vieron cerros y llanos/ ponerle el pecho
al Pampero./ Y cuando el dolor obrero,/ mezcla de patria y mañana,/ exigió
firme y con ganas/ el sueldo justo de un pión/ se unió a la revolución/ de
tanta gente paisana”, dice la chamarrita milonga de Saúl Huenchul.
“Era la huelga un
gran sueño/ y un derecho necesario/ y cuando sus alversarios/ le hablaron de
negociar/ se arrimó a parlamentar/ la justicia de un salario./ ¡Facón Grande,
gaucho entero,/ pero inocente a la par/ cómo se dejó engañar/ con agentes
traicioneros./ Con él, doscientos obreros/ cayeron el día aquel/ porque un
señor coronel/ les prometió garantías./ Pobrecito, en ello había/ pureza de un
pueblo fiel”.
Los versos de
Huenchul no pueden ser más esclarecedores: un entrerriano tiene, desde tiempos
charrúas y guaraníes, veneración por la palabra empeñada. Esa “inocencia” es la
esencia de la entrerrianía y se paga con sangre. Se es gaucho entero,
precisamente, cuando se tiene palabra, como la tiene un Facón Grande. Y cuántos
como él.
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José Font y Petra
Pérez, y su hijo José Font (de 5 años) llegaron a la Argentina en 1886.
Para el tiempo de su
militancia con los obreros del sur, sería un carrero maduro.
Se es gaucho entero
cuando se tiene palabra, como la tiene un Facón Grande.
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Daniel Tirso Fiorotto