Lo ancestral reverdece en la voz de un afro-entrerriano chonik

El estudioso hace un repaso de la actualidad de movimientos indígenas en el continente y señala nuestros vicios coloniales por derecha y por izquierda.

 

 

El entrerriano Marcelo Fabián Luna estudia y cultiva y divulga culturas del Abya yala (América), unas milenarias en este suelo, otras preservadas y realimentadas por las mujeres y los hombres traídos a la fuerza desde África. Su vida es la comunicación. Compartir conocimientos, debatir acerca del sentido del racismo, señalar vicios coloniales de las instituciones naturalizadas en nuestros países, promover comunidades, forjar grupos de estudio y debate.

Le pedimos que se presente: “soy un hombre indígena del pueblo Chonik, pueblo con unos 11.000 años en este territorio; fuimos llamados Charrúas por los invasores cristianos del siglo 16. Actualmente y desde hace 9 años vivo en una comunidad rural del pueblo Afroboliviano de la región de Yungas, departamento de La Paz, en el mal llamado país andino de Bolivia, dado que solo un 30 por ciento del territorio boliviano es andino. Durante muchos años fui vocero de la Coordinadora de Comunidades Charrúas de Entre Ríos, y también ocupé cargos en el Estado en el ámbito de políticas indígenas, electo por las comunidades en asamblea. Hoy continúo en el ámbito de la comunicación ancestral afro/indígena, dado que soy afroentrerriano por madre”.

 

Indígenas

 

Durante su estada en la ciudad de La Paz, en Entre Ríos, conversamos con Luna en torno de la presencia de pueblos ancestrales en nuestro continente, los territorios recuperados, las luchas indígenas y afroamericanas y las comunidades vigentes que sostienen hoy principios y modos de vida propios, sin dependencia de los Estados.

A quienes lo llamen indigenista, Luna les responderá: “el indigenismo es una política paternalista hacia los pueblos indígenas sin nuestra participación, sin nuestra opinión. La gente cree que los pueblos indígenas somos indigenistas. Indigenistas son grupos o personas no indígenas que tienen prácticas destinadas a fortalecer la dominación de las naciones ancestrales”.

Para este panzaverde conversador y atento a su entorno, los saberes afloran en cualquier lugar, sin necesidad de títulos, poderes, universidades. “Grimaldo Renjifo es un biólogo y antropólogo peruano de Arequipa, muy sabio; Grimaldo dice (y lo dice también Rodolfo Kusch), ‘hay que escuchar al hombre en las cantinas, cómo filosofa’. Han elevado la filosofía como un pensamiento de una élite. Ahí (en la cantina) podés tener un vocabulario pobre pero con el contenido necesario. Te cuento una anécdota: el proyecto de educación intercultural bilingüe Andes ha sido aplicado en toda la región andina pero también en regiones tropicales de esos países (Colombia, Bolivia, Perú,) que tienen Amazonía y otras cosas además de montañas. En una de las universidades donde se inició fue en la Universidad de San Simón. Cochabamba, Bolivia.  Fue en la década del 90, financiaba la GTZ de Alemania. Estaba el rector, ‘qué bueno que a partir de ahora los pueblos indígenas van a estar en la universidad’. Y acto seguido le tocó hablar a un anciano indígena que no tenía conocimiento de la lectoescritura; la colonialidad del saber lo llamaría analfabeto. ‘No es así’, dice. ‘Nosotros hace mucho tiempo que estamos con la universidad. Entramos indios y salimos blancos’. Fijate la profundidad de pensamiento de ese anciano que indudablemente es un científico de la selva”.

La mirada de Marcelo Luna no sorprende, si sabemos a través de distintos testimonios de la vida autónoma, comunitaria y hospitalaria, del trabajo colectivo y festivo, que fueron marca en las comunidades de nuestro territorio del litoral por siglos, marcas que se ha preservado en grupos un tanto dispersos pero vivos.

 

Pachakutik

 

Como miembro fundador del centro de estudios Junta Abya yala por los Pueblos Libres -JAPL-, Marcelo Luna analizó de este modo los sucesos electorales en el Ecuador. “El importante desempeño electoral del Movimiento Pachakutik, y de su candidato indígena Yaku Pérez en las recientes elecciones del Ecuador no son una casualidad, sino producto de las luchas de los pueblos indígenas desde hace siglos, pero teniendo como antecedente inmediato la fundación de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador -CONAIE-, en el año 1986; y en 1995 con la creación del Movimiento Pachakutik, como brazo político del movimiento indígena, campesino e intercultural en Ecuador, un país donde la población indígena y afroecuatoriana es importante, aunque los pueblos negros del Ecuador no son parte de Pachakutik”.

“Este movimiento no solo está formado por indígenas, sino por movimientos sociales y personalidades del Ecuador. El Movimiento Pachakutik tiene como objetivos un estado intercultural, que garantice la plurinacionalidad; la protección de nuestra Madre Tierra; un estado fuerte como garante de los derechos de les ecuatorianos”.

“La CONAIE como organización de lucha de los pueblos indígenas ha estado presente tanto en el derrocamiento como en muchas luchas contra gobiernos neoliberales y/o progresistas extractivistas, como es el caso de (Rafael) Correa. Hasta las recientes elecciones Pachakutik, como brazo político electoral del movimiento indígena, no había tenido desempeños tan relevantes en lo electoral como fuerza hegemónica de un frente. La CONAIE participó del derrocamiento del gobierno neo liberal de Jamil Mahuad en el año 2001 junto con el grupo de militares liderados por el Coronel Lucio Gutiérrez. Pero la rebelión fue derrotada luego de un gobierno con un triunvirato, donde las fuerzas armadas retomaron el control y detuvieron a Gutiérrez, quien al salir de la cárcel creó su propia fuerza política, y en alianza con el Movimiento Indígena Pachakutik y otras fuerzas progresistas ganaron las elecciones del año 2003. Pero los indígenas abandonaron rápidamente la alianza electoral, debido a las políticas neo liberales adoptadas por Gutiérrez”.

 

Correa, extractivista

 

Nos detenemos en esta explicación en torno del Ecuador porque Marcelo Luna, como avezado comunicador, afirma es que estos datos no están en los medios de comunicación clásicos, los de mayor difusión, y este es un ejemplo. Damos fe.

Dice que la llegada al gobierno de Rafael Correa recogió todo el legado de luchas de la confederación CONAIE, porque ella fue actora política principal en las calles y rutas ecuatorianas desde 1990 en adelante. Pero “los pueblos indígenas y Correa nunca tuvieron una buena relación, sobre todo porque Rafael Correa adoptó políticas extractivistas en territorios indígenas, en petróleo y minería a cielo abierto, sin aplicación de los mecanismos de consulta del Convenio 169 de Pueblos Indígenas y Tribales de la ONU, del cual todos los países son garantes, donde está muy claro que todo proyecto en territorios indígenas debe ser aprobado por los propios indígenas; se refiere a territorios titulados como fue el caso de los muchos territorios indígenas que fueron objeto del saqueo de las políticas biocidas del Correísmo. Esto generó no solo luchas de los pueblos indígenas, sino la judicialización por parte del estado, y varios líderes sufrieron cárcel y persecución del terrorismo de estado ecuatoriano por defender sus territorios de las agresiones de multinacionales promovidas por el estado”.

“Las políticas clientelares y divisionistas de Correa -añade Marcelo Luna- lograron cooptar algunos líderes importantes, lo cual llevó a un debilitamiento del movimiento indígena. Pero este tuvo su resurgimiento en octubre de 2019, cuando la CONAIE lideró las grandes movilizaciones nacionales contra el gobierno de Lenin Moreno. En ese contexto salió fortalecido Pachakutik como brazo político del movimiento indígena, y después de existir cuatro aspirantes indígenas a la presidencia fue escogido el hermano Yaku Pérez”.

 

Quién vota a Pérez

 

“En el voto a Pachakutik, no solo confluyen el voto indígena, sino sectores progresistas, jóvenes, mujeres, ecologistas, intelectuales, etc. Muchos de ellos desencantados con las políticas biocidas de Correa, como así también de políticas de neto corte clerical de oposición férrea por parte de Correa hacia los movimientos feministas por la legalización del derecho al aborto. Y no todo el movimiento indígena vota por Pérez; existe al interior de Pachakutik una diversidad de corrientes que tienen origen en cada grupo indígena o son ideológicas; el mundo indígena es diverso, plural, heterogéneo como la vida misma; es el mundo no indígena eurocentrado el que nos ve como una totalidad homogeneizante desde sus lentes coloniales, uniculturales y pobres”.

Pachakutik hace referencia a un cambio de ciclo. El nombre mismo señala una intención de participación política desde otros paradigmas no occidentales, no necesariamente partidarios, con eje en la comunidad y la biodiversidad, donde “naide es más que naide”, como dice un principio bien abonado en nuestro territorio.

 

Izquierda-derecha

 

“En lo epistemológico -señala Luna-, los pueblos indígenas (80 millones) y afrodescendientes (220 millones en América Latina), no podemos ser analizados desde la binariedad, colonial, racista y eurocéntrica de izquierda y derecha, ambas reproductoras de la modernidad europea fundada desde el racismo y que despedazó el mundo comunal no europeo desde el siglo 15 en adelante”.

Como no pocos pensadores de culturas ancestrales de este continente, el estudioso entrerriano admite que puede simpatizar con unos o con otros, pero el Ecuador es una muestra de que la izquierda y la derecha pueden ser similares en lo que tienen de coloniales, aunque haya excepciones. Incluso señala que la izquierda se hizo en exceso racional en muchos casos, y dejó de lado los afectos, y esa sería una de las razones por las que fue arrasada por pastores y sacerdotes.

 “Asistimos en Ecuador a una brutal campaña racista por parte de la izquierda colonial eurocentrada, campaña dirigida por Rafael Correa, quien se encargara de violar los derechos de la Madre Tierra y sus guardianes, los pueblos indígenas. Las luchas del movimiento indígena habían logrado garantizar en la constitución de 2008 la plurinacionalidad y los derechos de la naturaleza, pero Correa se la pasó por su trasero en su primera ida al baño después de la sanción de la constitución; los indígenas le llamamos a eso ‘formalizaciones de papel’. En este momento personajes nefastos como Juan Carlos Monedero, de la izquierda española, andan diciendo que Yaku Pérez no es tan indígena, que sería mestizo. Él que, como toda la izquierda europea, jamás cuestionó los vandalismos europeos en América, Asia y África, porque con ellos se beneficiaron; y a sus proletariados (cuando eran de izquierda) jamás les importó el racismo, la opresión y los genocidios del mundo blanco; además la identidad ancestral es autodefinición y autorreconocimiento de cada persona, y cuando alguien tiene la caradurez que tiene Monedero lo llamamos por su nombre: ‘racismo del mundo blanco’”.

Luna llama “hermano” a Yaku Pérez y recuerda que el líder histórico del movimiento indígena ecuatoriano es de nacionalidad Quichua, “donde no solo es un gran líder sino que fue prefecto (gobernador) de la provincia de Azuay por Pachakutik. Pérez tiene un recorrido muy largo de luchas contra la minería a cielo abierto y por el derecho al agua. Entonces tenemos a estos racistas como Rafael Correa, Juan Carlos Monedero y otros mercenarios coloniales diciendo que en realidad Yaku Pérez es financiado por la CIA y el ecologismo del norte”, se queja Luna.

 

Sueli Carneiro

 

“Los pueblos indígenas y afrodescendientes estamos hartos no solo de los neoliberales, sino de esta izquierda biocida, pro agronegocio, industrialista y cientificista que desprecia nuestras capacidades y nuestras apistemologías ancestrales de preservación de la vida con nuestros sistemas comunitaristas milenarios. La propuesta de Pachakutik/Pérez no es la ideal, un grave problema que tienen los pueblos indígenas es que ellos (salvo algunos movimientos, que no es el caso de la CONAIE/Pachakutik), no son antirracistas; es el movimiento negro a escala continental quien sí lucha contra el racismo. Eso es un problema porque es el racismo quien parió al capitalismo y al patriarcado moderno desde el siglo 15 y sobre todo 16. De todos modos, el hermano Yaku Pérez es producto de las luchas y de las construcciones epistémicas de los nativos de Ecuador, en contextos altamente antidemocráticos donde no nos dejan ser”.

Luna trajo a la memoria una frase de la pensadora y activista brasileña Sueli Carneiro: “Entre la derecha y la izquierda yo continúo siendo negra”.

Y completa Marcelo Luna: “Suelí Carneiro, una de las más grandes intelectuales y luchadoras que parió este continente, Abya yala para indígenas y Améfrica para pueblos negros”.

 

Colonialidad

 

“La colonialidad política solo cree que existen derechas e izquierdas; la colonialidad política cree que la derecha es capitalismo y la izquierda, socialismo; la colonialidad política cree que en política solo puede haber golpes de estado, elecciones y guerrillas; la colonialidad política solo cree que, por fuera de la república, sea ella socialista o capitalista, no hay más nada”, sostiene Marcelo Luna. “Pero los pueblos indígenas -aclara-, tenemos 40.000 años en este continente que llamamos Abya yala, y que la maravillosa intelectual negra y brasileña, la gran Lélia Gonzalez, una de las mejores mujeres que pario este continente, llamó Améfrica”.

“Entonces con 40 mil años en nuestros territorios desarrollamos complejas formas de ser gobiernos, desde grupos que se movían de un lugar a otro de su territorio, hasta complejos imperios como los Inkas (aclaro que una cosa es ser imperio en Europa y otra cosa es ser imperio fuera de Europa). Los pueblos del Abya yala sufrimos la invasión de los europeos cristianos en 1492, que nos adormeció por algunos siglos, pero nada es para siempre, y hoy estamos de pie, no como nos hubiese gustado, sino como nos dejaron los blancos”.

 

Onkaiujmar

 

Una charla con Marcelo Fabián Luna puede llevar días, meses, y no es un monólogo, claro: Luna se da tiempo para escuchar, para coincidir, para rebatir. En los grupos donde despliega su activismo antirracista y pro comunitarista está presente a diario, es una voz reconocida.

Conoce y sigue la revolución zapatista en México y señala que hay otros movimientos similares, menos conocidos quizá, pero con la misma línea comunitaria que cuestiona al poder económico, al poder de los conocimientos eurocentrados, al poder del estado mismo como reproductor del modelo occidental racista. En Colombia, por caso, las luchas de los pueblos antiguos y vigentes han logrado que el país cuente con más de 300 mil kilómetros cuadrados de territorios indígenas. “Nadie los vuelve a sacar”, dice convencido y encuentra allí un ejemplo a seguir. Al tiempo que reivindica ciertas actividades políticas. “Los pueblos indígenas no podemos permitir pasivamente que la clase política destripe a ese gran ser vivo que los Chonik llamamos Onkaiujmar... madre tierra”.

 

 

Daniel Tirso Fiorotto


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