Payada de un Federal, recuperada en una obra de Jorge Villanova
El libro de Jorge Villanova relata la vida de dos docentes de fuste y a través de ellos pinta una época y descubre eslabones entre las luchas independentistas, federales y obreras.
Justo tributo a la
Payada de un federal y al mundo que la circundaba en los años 30 y 40 del siglo
pasado, junto al río Uruguay.
Esa arenga en
versos a la juventud entrerriana que escribió Raúl Fernández con la intención
de insuflarle la historia de luchas en la región (con José Artigas como
emblema), resulta remozada con esta recuperación del profesor Jorge Villanova.
Su riguroso trabajo de investigación trasciende los límites de la comarca.
En este 2013 se
están cumpliendo 200 años de las Instrucciones del año 13, un hito en la
revolución federal artiguista. Por eso es oportuna la edición de Fernández y
Brizuela. Socialistas y artiguistas.
“Fue con estas Instrucciones/
que marcharon mis paisanos/ a derrocar los tiranos/ e impedir sus traiciones.//
Ellas llevan la peonada/ a cumplir hazaña homérica,/ cuando peligra en América/
la democracia soñada.// Ellas descargan el rayo/ de la ira del ‘salvaje’/ para
vengar el ultraje/ a los principios de Mayo”, dice Raúl Fernández en su Payada del año 42.
Lo expone de
varios modos, y está claro que logra ver en las Instrucciones su fuente: “Ellas
cumplen el prodigio/ -regla histórica no hay duda-/ ‘la chusma mugrienta y ruda’/
salvando nuestro prestigio.// Ellas forjaron la hueste/ con su temple federal,/
aquel del tajo auroral/ cruzando el blanco y celeste”.
El profesor de
historia Jorge Villanova escribió Fernández y Brizuela en los ratos libres que
le deja su oficio actual: la avicultura, en la zona rural de Colonia Caseros,
cerca del Palacio San José, entre Herrera y Caseros, a minutos de Concepción
del Uruguay. Tiempo que comparte también con su actividad cultural y política.
Historia,
literatura, cultura, sociedad, instituciones, educación, política, elecciones,
se ensamblan en las figuras del entrerriano Raúl Santiago Fernández y el
catamarqueño José Electo Brizuela, que lideraron una vigorosa movida socialista
en Concepción del Uruguay, desde el Colegio Nacional. Como se lee en la obra de
Villanova, entre sus proyectos no faltó la colonización de la estancia Santa
Cándida, que fuera de Urquiza.
Fernández y
Brizuela será presentado en Paraná el miércoles 11 de diciembre, en la sede de
la Asociación del Personal Superior de la Municipalidad de Paraná, Monte
Caseros 265.
Buena oportunidad
para meternos en un tiempo que deja fuertes enseñanzas, y más aún porque el
autor no nos entrega un panegírico, no busca ensalzar a los personajes y por
eso no oculta incluso sus desaciertos, por lo menos en lo que se puede observar
con criterios objetivos desde la distancia.
El eje de la obra
de Villanova es esta expresión del artiguismo entrerriano sintetizada en la
Payada de un federal, y exhibida también en propuestas anteriores de Fernández
y Brizuela.
“El artiguismo,
tal cual/ es teoría y es acción,/ él es la Revolución/ de Mayo en su faz
social”, dice Fernández.
“De Artigas somos
paisanos/ y decirlo el alma agranda:/ los de ésta y la otra banda/ fuimos y
somos hermanos”.
“Lleva una rúbrica
franca/ la proclama de su empresa:/ roja banda que atraviesa/ la bandera azul y
blanca./ Rojo, color de pasión/ de protesta justiciera,/ hoy la universal
bandera/ de la humana redención”.
Villanova admite
que al encontrarse con los profesores del Colegio del Uruguay, socialistas y
artiguistas, debió hacer un esfuerzo extra para no caer en el panegírico.
“Descubrir la
impronta artiguista en el socialismo entrerriano de los años 30 no solo ha sido
una grata sorpresa; encontrarse con la continuidad entre uno y otro movimiento,
aunada magistralmente con el color rojo, en las cuartetas de Fernández… Y
pertenecer al mismo partido que desde Entre Ríos reivindicaba la figura del
caudillo oriental produce que inevitablemente haya una simpatía natural hacia
los profesores”, reconoce.
Un panorama
El autor se
propone pintar a los dos personajes en su contexto y a través de ellos logra
mostrar, con redacción sencilla y cuidada, todo un panorama del primer tercio
del siglo XX en la región.
Adecuado el diseño
de tapa, y bien elegido el prologuista. Miguel Pepe conoció de gurisito a
Brizuela y Fernández, y tiene recuerdos de ese mundo socialistas de los años
30.
En la
introducción, Villanova explica cómo llegó a los dos concejales a través de las
mentas y señala que mientras algunos ubican al primer concejal socialista en el
año 2000, otros recordaban a Brizuela y Fernández, pero al avanzar en la
investigación supo que ya en 1905 (25 años antes) habían ocupado bancas en
Concepción del Uruguay tres socialistas.
Luego pondrá en
cuestión el desempeño de esos tres socialistas, como experiencia inicial,
porque “dilapidaron” los primeros esfuerzos para la organización.
Desde el Colegio
La obra no es un
canto a los socialistas. El autor indaga en las posibles causas de
posicionamientos que, incluso, desaprueba, cuando los mira desde una
perspectiva histórica. Y principalmente si se trata de resabios centralistas
del socialismo argentino.
Desde la figura de
Raúl Fernández, que se lleva 80 páginas, Villanova recorre el auge del
socialismo en las primeras décadas del siglo XX, por varias razones, y entre
ellas algunas externas, como las peleas en el radicalismo entre
antipersonalistas e yrigoyenistas.
Fernández y
Brizuela están en su contexto. Entonces aparecen Alfredo Palacios, Enrique del
Valle Iberlucea, Mario Bravo, Francisco Cúneo, y un sinfín de políticos de
primera línea en las filas también del radicalismo y el conservadorismo.
Los dos
biografiados sobresalieron desde sus trabajos docentes en el Colegio Nacional y
su militancia política en el Partido Socialista, pero Villanova mostrará poco a
poco su protagonismo en una docena de instituciones de primera línea en el
ámbito social, político, deportivo, cultural, y señalará que, a raíz de las
divisiones del partido, sus últimos años los encontrarán más en una agrupación
cultural y una biblioteca, sin descuidar sus otros compromisos.
El autor pinta los
personajes, pinta la aldea, pinta la época, enumera las inquietudes de algunos
sectores políticos, los proyectos en general reformistas en tiempos del
florecimiento de las luchas obreras, y luego se extiende en los cambios que fue
produciendo en los políticos su mayor contacto con lo regional y con escritores
de la zona.
Así aparece con
fuerza la figura de José Artigas en los socialistas entrerrianos, cuando el
socialismo en el orden nacional estaba más ligado a las figuras de Moreno,
Rivadavia, Sarmiento.
Sin embargo, el
autor plantea una serie de cruzamientos y actitudes que muestran la complejidad
del panorama, y que llaman a leer la obra de cabo a rabo.
Lo mismo ocurre
con el plus de las últimas páginas, la Payada de un federal, de Raúl Fernández.
Esa obra va
esclareciendo su objeto con el correr de las estrofas, y por eso es
recomendable una lectura completa.
El inventario
detallado de actividades de Raúl Fernández no es aleatorio: con el personaje se
ve la época, y se muestra una clase de políticos (hoy distante) insertos en la
vida social. La cooperativa, la biblioteca, el club, el colegio mismo; el gremio
inicial de los docentes, la usina eléctrica, el jardín botánico, el partido, el
ejercicio del periodismo, la relación con los poetas, el diálogo con los
movimientos obreros (anarquistas, socialistas), el apoyo mutuo, todo un
universo bastante menospreciado todavía, que Villanova ayuda a dimensionar.
José Artigas
En el número del
12 de abril de 1930 del periódico La Juventud, que Villanova consultó en el
archivo de la casa Delio Panizza, bajo el título Feliz iniciativa puede leerse:
“Los concejales socialistas José Electo Brizuela y Raúl Fernández presentaron
al Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza en virtud del cual se autoriza
al Departamento Ejecutivo para designar con el nombre de José Gervasio Artigas
a una de las calles de nuestra ciudad como homenaje y adhesión de la comuna al
patriota uruguayo y a la celebración del centenario de la constitución de la
república hermana”.
La idea recibió un
caluroso apoyo y fue aprobada, pero de pronto, lo inesperado: la oposición de
uno de los más conspicuos artiguistas, el poeta Delio Panizza, que luego
escribiría una obra épica que está en la cumbre de la literatura
artigueña.
Muy comprensible:
es que se había decidido llamar Artigas a la calle 21 de Noviembre, que rendía
homenaje a una fecha clave en la defensa de las autonomías, de cuando Ricardo
López Jordán venció a una invasión porteña en 1852.
Había acuerdo por
Artigas, pero no en quitar el nombre 21 de Noviembre, entonces Panizza proponía
sencillamente que se eligiera otra calle.
El caso es que
esta discusión le sirve a Villanova para plantear la posición del socialismo en
torno de los caudillos. El capítulo se torna muy interesante porque hay buenos
testimonios para el análisis y se presenta como un posible momento de quiebre
en la visión más o menos centralista (para entonces) de Raúl Fernández, que
desembocará en su posterior Payada de un federal, netamente artiguista,
revisionista podría decirse, y con la claridad de mirar la trascendencia de las
Instrucciones del año XIII, de las que en 2013 se están cumpliendo 200 años.
La obra de
Villanova llega entonces en el bicentenario de una declaración clave del
artiguismo. “Es probable –dice Villanova- que, entre otras consecuencias, esta
polémica con Delio Panizza haya influido en el pensamiento del entrerriano
(Fernández), y con el tiempo, haya examinado su propia visión… concluyendo en
que existía una línea histórica ente las montoneras artiguistas y las masas
obreras de su tiempo”.
Y cita unas
estrofas como esta, que trazan la unidad de las luchas populares: “¿No es
también un proletario/ el paisano de esta tierra/ que se lanza en son de
guerra/ con anhelo libertario?”.
“Es un poema
portentoso, por la época y por el contexto –dice Villanova en la página 100-.
Fernández era socialista pero era ante todo entrerriano. En ningún militante
socialista de Buenos Aires, desde Juan B. Justo para abajo, se puede encontrar
algo parecido. Todo lo contrario, es el mitrismo el que impera en la visión
histórica de los viejos socialistas, quienes ven al caudillismo federal como
germen de la barbarie y el atraso del país”. Lo dice el autor, Villanova, un
dirigente socialista de hoy, cooperativista, titular del partido en el
Departamento Uruguay.
Luego matizará un
tanto la expresión, con testimonios de socialistas de renombre que valoraron la
lucha artiguista.
El latifundio que
fue de Urquiza
Por supuesto que
no agotaremos en este resumen la variedad de asuntos tratados en la obra, pero
para mostrar algunas de las facetas de los biografiados veamos esta iniciativa
que presentaron Fernández y Brizuela como concejales.
Dice Jorge
Villanova que uno de los proyectos más interesantes fue el referido a “la
expropiación del latifundio Santa Cándida, que había pertenecido al general
Justo José de Urquiza y se encontraba en manos de sus descendientes”.
“No se trataba de
quitar las tierras a los herederos solo para colonizar, sino establecer en
ellas una escuela Agrícola Municipal para beneficio de los gurises de la ciudad
y de la región”.
El tema le sirve a
Villanova para meterse en un ámbito caro para el socialismo de la época, y que
tiene vigencia hoy. Se preguntaban los autores del proyecto: “¿No se puede
vislumbrar desde ya, el alcance verdaderamente revolucionario que tendría la
aclimatación de 100 muchachos en otras tantas granjas a las puertas de nuestra
ciudad? ¡Que pudiéramos sacar del Colegio seis u ocho muchachos anualmente para
hacerlos chacareros inteligentes, desviándolos de su destino obscuro y
parasitario oficinista de favor! Son estas perspectivas realmente tentadoras”.
Estas cosas se
escribían hace 80 años, y coincidían con el pensamiento desplegado en la región
por Alejo Peyret. Además, explican en alguna medida porqué estos profesores,
Fernández y Brizuela, fueron cesanteados del colegio sin explicaciones y
vigilados en tiempos de dictadura.
La obra editada
por Tinta China lleva 200 páginas, muestra a Entre Ríos desde un ángulo propio,
exhibe fuentes seguras, y cumple con creces los propósitos de Jorge
Villanova.
Entre otras publicaciones,
diremos que antes de Fernández y Brizuela, Villanova escribió una Historia del
rock en su región.
Daniel Tirso
Fiorotto / De la redacción de UNO. Lunes 02 de Diciembre de 2013.