Mirada integral sobre nuestros humedales en el Día del Agua
Jornada especial, este 22 de marzo, Día Mundial del Agua, para escuchar con atención el aporte sonoro de Franco Giorda y Pablo Russo a las milenarias culturas del litoral. Se trata de cinco capítulos dedicados al origen y la actualidad de nuestras comunidades en torno del agua, con los saberes y las luchas de ayer y de hoy.//
Traducir el paisaje
en un documental sonoro, hablar a todos los sentidos y al corazón a través del
oído, y desde distintos ángulos, es el desafío que encaró en Paraná la
productora “170 escalones”, con un resultado que aplaudimos.
Los comunicadores han
logrado recuperar el profundo sentido del litoral por la vía del término
“humedal”, que incorpora una conciencia única sobre la naturaleza.
Sabemos que somos
habitantes de los humedales, pero vale decirlo y cultivarlo, hacerlo carne. Y
lo apuntamos pensando en el Día Mundial del Agua que cae cada 22 de marzo, este
año bajo el lema “Agua para la paz”, que Pablo Russo y Franco Giorda
interpretan como pocos.
Veamos algunas
razones de esta conciencia con centro en el agua. Primero: la obra aborda los
humedales de la cuenca del Paraná-Uruguay dentro de una problemática mundial,
no se queda en querellas del día. Segundo: valora la intersección de la energía
ecologista y asamblearia de estas décadas con las tradiciones milenarias de
este territorio, tan enraizadas en la madre tierra. En tercer lugar, esa
conciencia ecologista le esquiva a las categorías muy extendidas que dividen
los saberes en compartimentos estancos, y para eso la obra rompe límites
absurdos. Es decir: este documental, como un espejo de la cuenca, se sostiene
en las interrelaciones, en la complejidad de una trama natural que no separa el
agua del camalote, no separa la lucha por el federalismo de la lucha ecológica,
no le mezquina chamamé a la pesca artesanal.
El cuarto mérito en
esta pieza comunicacional consiste en echar luz a nuestra pertenencia al
litoral (cuando el sistema nos invita a darle la espalda), y poner sobre la
mesa los graves problemas de hoy.
El desconocimiento de
nuestros pasos primeros en los humedales, por milenios, en distintas culturas
como la de los montículos (que ha dejado huellas para el asombro en el delta),
facilita ese distanciamiento que estos comunicadores intentan revertir.
170 escalones
Poemas y economía,
guerras y cosmovisiones, geología y música, trabajo y urbanización, historia y
arquitectura, prácticas y riesgos: no hemos oído otro abordaje así, integral,
sobre nuestra condición de orilleros.
¿Qué es “Soberanía
Humedal? Es un ensayo sonoro en cinco capítulos de casi una hora cada uno, que
nos devuelve los puentes con el ayer y con lo permanente, para comprender
problemas muy actuales de nuestra sociedad, nuestra economía, la naturaleza de
la que formamos parte, con el agua como convocante.
Humedales, delta,
litoral, Mesopotamia, cuenca, río, desde una ciudad que ha preservado el nombre
milenario: Paraná; y desde una provincia que lleva su condición geográfica histórica
en el nombre: Entre Ríos. Por este tronco es, entonces, que Russo, Giorda y su
equipo nos invitan a remontar numerosos afluentes hacia cualidades y luchas,
trinos y melodías, sueños y estafas, realidades que cobran otra dimensión
cuando se las oye juntas, potenciadas unas a otras.
Un guion poroso
El documental abre
con versos de un Juan L. Ortiz que se descubre atravesado por el río, y río él
mismo. Y una milonga de Atahualpa Yupanqui que revela el silencio del río.
Entonces vamos descubriendo de dónde venimos, por dónde nos comunicamos y
viajamos, en dónde nos alimentamos.
Nunca podríamos
agotar los conocimientos sobre el territorio, pero sí podemos, como ocurre en
“Soberanía Humedal”, detenernos en un centro con caminos hacia todas las
latitudes en tiempo y espacio. Echando mano a testimonios notables. Para la
vecindad que se ubica un poco con los nombres, nombremos: Juan Carlos
Bertolini, Juan Vilar, Mariana Melhem, Sergio Daniel Verzeñassi, Luis “Cosita”
Romero, Enzo Culasso, Nadia Burgos, Silvia Salomone, Aldana Sasia, Daniela
Verzeñassi, Nicolás Indelángelo, Ricardo Vargas, Pascual Ángel Ríos, Tincho
Martínez, Amelia Uzin, Leandro Drivet, Fabricio Almada, Sebastián Russo,
Antonela Zapata, estudiantes de La Guadalupe, Elías Sigura, Marcia Müller,
Sebastián Macchi, Analía Bosque, Paola Núñez, Carlos “Negro” Aguirre, entre
otros. Historiadores, músicos, pescadores, ecologistas, geólogos, gente de
diversos oficios reunida por la vida.
Las palabras se
intercalan en los distintos temas mechadas de cancionero regional, en cinco
capítulos, bajo estos títulos. Episodio 1: ¿Por qué hay un río? Episodio
2: ¿Por qué luchamos? Episodio 3: Territorio de nutrientes.
Episodio 4: Sabidurías del río. Episodio 5: Sonoridades de la costa.
Todo se encuentra
fácil, buscando en internet “Soberanía Humedal” podcast en Spotify. Y los
capítulos se escuchan en forma lineal, del primero al quinto, o por separado.
El guion es poroso a los saberes diversos, como permeable es la cuenca. Invita
al diálogo, al asombro. Sus prosas poéticas sintonizan con esa fuente de
poesías que es el agua.
Como “170 escalones”
es, de cuna, una revista, cada parte se presenta con una carátula muy
significativa, con ilustraciones y diseños de Mariux Ballesteros. También
participan Pablo Moreli en la edición de audio, Delfina Luque en la locución
artística. Todo en base a las investigaciones y los guiones de Franco Giorda y
Pablo Russo, cuyas voces le dan la médula a los programas.
La obra pudo
concretarse porque ganó un concurso denominado “Gestionar Futuro” del
ministerio de cultura de la nación.
Si decimos que son
cinco programas de radio quizá no se comprenda la dimensión de estas piezas.
Llamamos podcast a un programa de radio, o varios en serie, difundidos por la
red de internet. Uno puede buscarlos en cualquier momento y escucharlos en la
computadora o en el celular. Los medios masivos radiales o digitales pueden
tomarlos y divulgarlos. El podcast tiene la particularidad de concentrarse en
un tema y en una posible audiencia, es decir: no se trata de improvisaciones.
Son trabajos con estudios previos, alta producción, testimonios confiables,
recursos sonoros. Y no expuestos al tuntún sino en un hilo, con responsables
diversos, con voces y sonidos que en su conjunto no sólo dan un mensaje sino
que además lo hacen atractivo. Por eso da gusto escuchar “Soberanía Humedal”.
En este ensayo sonoro
el llamador es el conjunto. Los capítulos nos pasean por los humedales mirados
desde distintos puntos de vista. Lo que Daniel Verzeñassi, del Foro Ecologista,
llama “mirada de cuenca”. Este documental es en sí mismo una cuenca intangible.
Las luchas
El capítulo “¿Por qué
luchamos?” muestra la eclosión de la conciencia ecológica en la capital
entrerriana en defensa del río, contra el represamiento del Paraná Medio, hace
casi tres décadas, enfrentando a poderosas multinacionales. Y su derivación
en decenas de agrupaciones ecologistas, una novedad en la vida comunitaria
entrerriana y argentina.
Allí Dani Verzeñassi
confiesa que ciertas luchas se potencian con la unidad de criterios, y otras se
potencian con los desacuerdos. Y explica cómo algunos “regalos” destructivos
son envueltos en el celofán de las palabras, como ocurre con todas las
propagandas.
Así transitamos por
la contaminación con residuos urbanos, los incendios, los represamientos, las
pasteras, la tala rasa, la fractura hidráulica, la extracción descontrolada de
arenas, la ganadería excesiva en las islas, el desvío de cursos mediante
terraplenes, la especulación inmobiliaria, el “cuerpo territorio”, el riego con
herbicidas e insecticidas al por mayor, la explotación de aguas profundas
saladas; la reducción de la complejidad de la cuenca al utilitarismo de la
hidrovía...
Luis “Cosita” Romero
le pone una cuota heroica al relato, con el recuerdo de aquella travesía del
Paraná junto a Raúl Rocco que hizo historia: dos humildes pescadores remando a
brazo partido, uniendo comunidades costeras a fuerza de testimonio y poesía,
para generar conciencia en millones. Con décadas de cultivar el amor al río, hoy
Romero continúa en su brega desde la agrupación “Cuidadores de la casa común”.
Aparecen también las
voces de otros pescadores “de toda la vida” con abuelos pescadores, como
Ricardo Vargas y Pascual Ríos. Teoría y práctica.
Y así, gente de la
agroecología junto a los arroyos (La Porota, Miñoca…), con circuitos creativos
de producción y comercialización, “tratando de restaurar los procesos de la
naturaleza” como dice Tincho Martínez al diferenciar la agroecología de la
agricultura orgánica.
Los aportes son
diversos. Para Nicolás Indelángelo, en la región hay mucho acuerdo sobre lo
que no queremos, y poco sobre lo que en verdad queremos, en materia de ecología.
Amelia Uzín es una referente de la continuidad de la conciencia social y la
militancia de los años 70 y del siglo XXI, inserta en la ecología y en las
redes comunitarias. Ante el deterioro de la naturaleza provocado por el hombre,
ambos se obstinan en una idea que podríamos sintetizar así: “no perdemos las
esperanzas, pero”…
Estos y otros
estudiosos hablan del humedal como un riñón, hablan de la biodiversidad y sus
infinitos vínculos, de los oficios de sol a sol… Con temas del cancionero bien
enfocados en el paisaje y las luchas por la salud, a veces con clásicos
reconocidos, y frases bien elegidas por los manifestantes en las calles: “sin
humedales no hay primavera”, dicen. “Si tocan al río me tocan a mí”.
La escuela y la radio
“Soberanía Humedal”
se cuela, como el agua, en cualquier disciplina. No sabemos si está en algunas
aulas ya, pero sí que estará, porque se trata de un resumen necesario. En
historia, en geografía, en literatura, en economía, en comunicación, en
distintas ciencias, y sin fronteras. Estas audiciones van orientadas al común
de los mortales, y ayudan muy especialmente a los docentes como a los
periodistas; estimulan en los estudiantes el conocimiento de nuestros orígenes,
nuestras problemáticas, y pueden abonar otros estudios y recopilaciones que
serán sin dudas frutos de este barbecho.
Ahí están las y los
artistas tratando de explicar lo que les viene en el paisaje, cuando no
buscando un nido junto al agua, quizá en Bajada Grande. Ahí Juan Carlos
Bertolini y los sedimentos del mar en las barrancas depositados hace 10
millones de años. Ahí Juan Vilar y las batallas en el río y las disputas
portuarias con momentos calientes hace 200 años. Y Mariana Melhem y los diseños
urbanos a partir del flujo de la vida en el río y sus puertos…
Lecturas amplias,
autores diversos, días de grabaciones, comprensión de la diversidad de aspectos
de la cuenca: hay poesía y música, hay historia y geología, hay pueblos
ancestrales, criollos y gringos; producción, trabajo y transporte, flora y
alimentos, ingeniería y arquitectura; hay encuentros y guerras, imperialismo y
antiimperialismo, vida y muerte. Están las características del paisaje y los
riesgos de contaminación; las ciudades organizadas a la vera del río y a la vez
usando el río para sus desechos; el río como vía de transporte y el río como
“recurso” económico, sea por sus arcillas, sus islas repletas de ganados; o la
pesca artesanal y “deportiva”, y también industrial de tipo extractivista...
Sin contar que por siglos Entre Ríos no tuvo mayor conexión terrestre, hasta el
túnel subfluvial, de modo que las carnes, los cueros, los granos, las maderas,
los materiales de construcción, las personas, salieron y entraron por los ríos,
con una cadena de puertos y embarcaderos que dio vida a muchas ciudades. Por
eso fueron los ríos, con sus puertos, los que urbanizaron.
Quien quiera oír
Lo valioso de esta
producción radica también en la vigencia de todos los temas planteados: si
la Argentina fue parida en un dilema portuario (con el triunfo del federalismo
en gran medida en el campo de batalla, pero la victoria del centralismo
colonial con sus recursos y sus intrigas en la organización del país), hoy el
problema portuario sigue siendo uno de los mayores desafíos. Quién exporta,
por dónde, quién realiza las obras, quién controla, qué influencias tiene el
movimiento económico portuario en la vida social, cómo se expanden los negocios
y los delitos, cómo se distribuyen las riquezas, qué será de la cuenca. Es
decir: la Argentina no logra salir del síndrome portuario, desde su nacimiento
como estado moderno colonial.
La obra de Russo y
Giorda resulta imperdible desde una mirada integral que revela todo un mundo,
con interacciones que superan cualquier nómina, cualquier disección.
En estos meses en que
se revisan los aportes del estado para que los proyectos culturales puedan
desplegarse, las autoridades de la nación, las provincias y los municipios
pueden detenerse un rato a escuchar “Soberanía Humedal”, con la serenidad que
requiere, para curarse de prejuicios.
También los
empresarios, las organizaciones diversas, los colegios profesionales, los
sindicatos, podrían poner la mira en productores de contenidos como estos
autores avezados, para aportar a la cultura honda del territorio. ¿Por qué lo
señalamos? Porque sabemos que, concluida esta obra, el equipo ha sido
desfinanciado. Y pensamos que eso ocurre exclusivamente por desconocimiento.
Seguramente muchos dirigentes andan a los apurones y no se dan el tiempo
necesario para discernir en paz. De ahí que para algunos sea “lo mismo un burro
que un gran profesor”, como reza el tango.
Felizmente, una
comunidad de suscriptores pone el hombro para que “170 escalones”, que ha
tropezado, no caiga.
Para escuchar
“Soberanía Humedal” hay que tener alguna soberanía sobre el tiempo lerdo y el
silencio y los murmullos del agua. Cada cual sabrá. Con vistas al Día Mundial
del Agua, estamos invitados, pues, a poner el oído.
Daniel Tirso
Fiorotto. UNO. Viernes 22 de marzo de 2024.